El legado del 'Delfín': pionero de la flota submarina rusa

HISTORIA

En los albores del siglo XX, una pequeña embarcación marcó un hito en la historia de la Marina rusa. Hablamos del "Delfín", una de las primeras submarinas de la flota rusa, cuya trayectoria estuvo llena de desafíos y logros.

En 1901, en los astilleros rusos, se puso la quilla de lo que sería el primer submarino oficialmente incorporado a la Armada Imperial Rusa. Aunque construida en su mayoría en el país, algunos componentes, como los motores eléctricos y las baterías, llegaron desde Francia. El "Delfín" estaba armado con dos tubos lanzatorpedos y su tripulación, formada en 1902, constaba de solo diez voluntarios, incluyendo al comandante y su asistente.

Ese mismo año, el submarino fue inscrito en los registros de la flota como "Destructor N.º 150". En 1903, tras su botadura, comenzaron las pruebas y ajustes, y en 1904 recibió su nombre definitivo: "Delfín".

La construcción de esta nueva clase de nave, no estuvo exenta de dificultades. Durante sus años de servicio, el Delfín enfrentó numerosos incidentes. Uno de los más trágicos ocurrió en 1904 durante un ejercicio de inmersión. Veinticinco tripulantes perdieron la vida debido a una combinación de fallos en el diseño y la inexperiencia del comandante.

En 1905, el submarino fue enviado al Lejano Oriente para participar en la Guerra Ruso-Japonesa. Aunque patrulló junto a otros submarinos, no tuvo encuentros con buques japoneses.

En 1916, llegó al Ártico y se unió a la Flotilla del Norte en Alexandrovsk (región de Murmansk). Inicialmente, se utilizó para patrullar la bahía de Kola, pero luego se reconvirtió en una nave de entrenamiento. En 1917, debido al desgaste de sus sistemas, el "Delfín" fue desarmado y su casco desguazado.


El "Delfín" dejó una huella importante en el desarrollo de la flota submarina rusa. Sus valientes marineros contribuyeron al conocimiento crucial sobre el uso y la operación de estos sumergibles.